¡Los productos de cocina no son para tu cara!

A raíz de la cuarentena he visto infinidad de tutoriales y recomendaciones de mascarillas caseras por parte de skinlovers o influencers, lo cual amerita que les advierta:

Algunas de las consecuencias de cumplir con estas “recomendaciones” sin saber cuáles pueden ser los efectos reales son: reacciones alérgicas, quemaduras, dermatitis, infecciones, hiperpigmentación e irritación de la piel.

Los alimentos contienen principios activos sin procesar con una capacidad de penetración muy limitada. No están científicamente diseñados para que penetren en las capas más profundas de la piel y no tienen las mismas propiedades que se obtienen al ingerirlos.

Limón: tiene un pH tan ácido que puede alterar el film protector de la piel. Si te expones al sol con restos de limón en la piel podrías sufrir una fitofotodermatitis.

Bicarbonato: al tener un pH extremadamente alcalino, altera la función protectora de la piel causando proliferación de diferentes patógenos e infecciones.

Azúcar: es muy abrasiva con la piel. Causa laceraciones microscópicas y daña la función de barrera.

Aceite de oliva o de coco: al ser demasiado oleosos pueden obstruir los poros y desencadenar acné.

Adicionalmente, las condiciones higiénicas de un alimento de cocina no son las mismas que las de una mascarilla creada por un laboratorio para un fin dermatológico.

No todo lo natural es seguro y bueno. La disciplina, los buenos hábitos y el uso diario de una rutina adecuada y personalizada para tu tipo de piel, garantizarán los mejores resultados.

Dra. Melanie Macpherson

Dermatóloga Clínica & Estética

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